¿Qué es el autoconsumo?

¿Qué es el autoconsumo solar fotovoltaico?

El autoconsumo fotovoltaico consiste, básicamente, en la producción de electricidad para el consumo propio a través de paneles solares fotovoltaicos.

Estos paneles transforman la luz solar incidente sobre ellos en electricidad gracias al efecto fotovoltaico. La corriente generada es continua, y por lo tanto, no apta para los equipos de nuestra vivienda, por lo que se requiere de un inversor que la transforme en corriente alterna para poder consumir esta energía.

Aparte de los módulos o paneles y el inversor, existen otros equipos de protección y medida que aseguran el correcto funcionamiento de la instalación, así como accesorios que pueden mejorar el rendimiento global de la misma: anclajes, cableado, optimizadores… Todo suma para tener una instalación de la máxima calidad y rendimiento.

La vida útil de una instalación suele ser de entre 25 y 30 años. Cuando el rendimiento disminuye en torno al 10-20% se recomienda hacer una inspección a fondo y renovar los equipos que así lo requieran.

Tipos de instalaciones de autoconsumo fotovoltaico

Se distinguen dos tipos de instalaciones de autoconsumo fotovoltaico, con conexión a la red eléctrica y aisladas. Estas últimas pueden operar sin requerir respaldo de la red, aunque a veces se instalan cuando esta existe o en compañía de un grupo electrógeno.

La fórmula más habitual y recomendable en estos momentos es la instalación conectada a red. Debido a su elevado coste, las instalaciones aisladas solo se llevan a cabo donde no hay red de suministro, esta es muy deficiente o si los consumos son muy limitados y predecibles.

Instalaciones de autoconsumo conectadas a red

Las instalaciones conectadas a red están diseñadas para cubrir una parte del consumo eléctrico y reducir en la medida de lo posible el importe por energía, se pueden clasificar en:

  1. Autoconsumo directo: Consumes directamente la energía que produce tu instalación de autoconsumo eléctrico. La energía que no consumas la viertes directamente a la red, y en el caso de necesitar más energía de la que produce tu instalación, la cogerías también de la red. Con esta modalidad puedes ahorrar hasta un 50% en tus facturas de la luz.
  2. Autoconsumo con baterías o sistema de acumulación: Consumes directamente la energía que produce tu instalación de autoconsumo eléctrico, y la energía que no consumas la almacenarías en baterías para necesidades posteriores. De esta forma consumes mayor cantidad de energía solar que la procedente de la red eléctrica, y conseguir ahorros en la factura de la luz hasta de un 80%.

Si en un momento dado se produce más de lo que consume, estos excedentes tienen dos posibles destinos, se derivan a baterías para su uso posterior o se vierten a la red. En este último caso se te compensará a unos 0,05-0,06 [€/kWh] si la instalación cumple las condiciones para ello.

También existe la posibilidad de instalar un inversor híbrido y realizar la compra de la batería más adelante, aunque es más costoso que afrontar la inversión entera desde un principio.

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